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Immagine del redattoreM. M. Vila Barbosa

Crisis, neología y prensa


La necesidad por parte del emisor de comunicar unos hechos o cosas hasta el momento inéditos es una de las razones que explican la creación de voces neológicas. La temática de la crisis ha sido un importante generador de neologismos para explicar los conceptos irrumpidos a raíz de esta inestabilidad financiera mundial. El estudio de esas formas neológicas es una especie de radiografía para conocer cómo han afectado a una determinada sociedad los cambios ocurridos desde el punto de vista político, económico y social. Permite, asimismo, saber cómo esas circunstancias han sido percibidas por esa sociedad. Resulta curioso, por ejemplo, ver cómo las hipotecas subprime dieron lugar, en la prensa española, a las «hipotecas basura».

Precisamente la prensa resulta ser un lugar excelente para encontrar palabras de nueva horneada, sobre todo en las áreas de la política y economía. El lenguaje periodístico se caracteriza por estar sometido a una intensa creatividad lingüística y, por tanto, actúa de revitalizador de la lengua. Guerrero Salazar (2007: 19) apunta seis causas de la creatividad léxica en el lenguaje periodístico: la necesidad de designar nuevas realidades, la voluntad de estilo, el contagio sociocontextual, la ignorancia o el error, la economía o administración del espacio periodístico y los recursos para la correferencia.

La prensa es una de las vías de institucionalización de una palabra, Alvar Ezquerra (1998: 143) reconoce el incuestionable papel que desempeñan los medios de comunicación escritos en los procesos de creación neológica, «el éxito de una palabra nueva depende de la aceptación por la sociedad, y sobre ella ejerce una notable influencia la prensa». De la misma opinión es Martínez Albertos (1989: 75), quien subraya que es el terreno periodístico el que permite un neologismo adquirir el «derecho a ser reconocido como moneda de uso legal».

Todo lo que expresan nuestros políticos, escritores y personajes famosos y todos los hechos importantes del escenario nacional e internacional nos llegan a través del periodismo. El léxico es uno de los ámbitos donde los medios de comunicación de masas ejercen mayor influjo. La especie de discurso polifónico que se da en la prensa ―discursos de políticos y otros personajes― es campo de cultivo de muchos neologismos, algunos de los cuales son voces inventadas para manipular o emplear un lenguaje ambiguo.

En economía y política, muchos neologismos son creados para conferirles un nuevo significado a términos ya existentes, como una estrategia de buscar alguna referencia en la mente de las personas que mejor ilustre una determinada situación (Trein, 2006: 5). Ante situaciones de crisis, corrupción o escándalos políticos, los neologismos se multiplican. Trein (ibídem) hace referencia a neologismos creados en Brasil en diferentes períodos críticos para el país, como fue la congelación de precios con el presidente Sarney (1986), la corrupción del gobierno de Collor de Mello (1992) y la del gobierno de Lula da Silva (2005). Lo mismo ocurrió en Argentina en la crisis del 2001-2002 y los famosos corralitos. En todos esos casos, los nuevos términos alcanzaron un mayor éxito y adhesión gracias a su divulgación y legitimización en los medios de comunicación.

La importancia, influencia y responsabilidad de los periodistas con respeto al idioma ha sido un tema de reflexión en ocasión de la quinta edición del Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, celebrado en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, con el título «Los periodistas como maestros del español». La entonces Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz, subrayaba la importancia de que « los periodistas reflexionen sobre el uso del lenguaje, porque su tarea con respecto a la lengua es de inmensa responsabilidad» ya que «comunicar bien es lo que define a los periodistas, que en muchas ocasiones se convierten en guías, porque toda sociedad necesita referencias y el periodismo es ese lugar al que acude el ciudadano para mirarse a sí mismo y mirar a su país, para asegurar sus certezas y disipar sus miedos». El director de la RAE, Víctor García de la Concha, también insistió en la responsabilidad que los periodistas «tienen contraída con la lengua española» y recordó que «los medios de comunicación son la caja de resonancia de la norma de nuestra lengua, el español se hace en la calle, y en la calle también han de hacerse los periódicos». (véase la noticia publicada por De La Fuente, 2010).

Por tanto, el discurso periodístico se considera idóneo para estudiar el fenómeno del neologismo, principalmente a partir de la prensa escrita, debido a la fijación y arraigo que aporta el texto impreso.

 

Bibliografía citada

ALVAR EZQUERRA, M. (1998): «El léxico nuevo en los medios de comunicación», en CARBONERO CANO, P., CASADO VELARDE, M. y GÓMEZ MANZANO, P. (eds.) Lengua y discurso. Estudios dedicados al profesor Vidal Lamíquiz. Madrid: Arco/Libros, pp. 125-143.

DE LA FUENTE, M. (2010): «Doña Letizia: ‘El periodismo es donde el ciudadano disipa sus miedos’», ABC.es, 02-VI. Disponible en línea: <http://www.abc.es/20100602/cultura-cultura/dona-letizia-periodismo-donde-20100602.html>

GUERRERO SALAZAR, S. (2007): La creatividad en el lenguaje periodístico. Madrid: Cátedra.

MARTÍNEZ ALBERTOS, J. L. (1989): El lenguaje periodístico. Madrid: Paraninfo.

TREIN, S. R. (2006): « A retórica da corrupção: os neologismos propagandísticos utilizados para denunciar a corrupção no Governo Lula, em 2005», UNIrevista, 1(3), pp. 3-9.


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